14 de junio de 2008

Donnie Darko, o cómo un conejo nos puede llevar a hacer locuras

Si no habéis visto la película y vuestra mente está sexualmente hipertrofiada os aviso de dos cosas: aunque lo indicaré, esta entrada estará llena de destripamientos. A vuestra fuerza de voluntad os encomiendo. Y dos: el conejo al que hace referencia el título no tiene nada que ver, semánticamente al menos, con cierto genital femenino. Cerdacos.

Donnie Darko explica la historia de Donnie, un chaval que se despierta una mañana en una carretera de montaña a las afueras de Middlesex, su pueblo, para llegar a casa y descubrir que la turbina de un avión ha caído en su casa, en su dormitorio, pudiendo haberle matado de no ser por su sonambulismo. Poco después, el chico comienza a sufrir alucinaciones protagonizadas por un conejo de metro setenta que le anuncia el Apocalipsis: el mundo llegará a su fin en 28 días y Donnie tiene que impedirlo. Esta es la premisa principal en la que se mezclan viajes en el tiempo, dudas existenciales y la búsqueda de Diox; a parte de unas ganas tremendas de meterla en caliente y la fobia a la soledad. El pan nuestro de cada día vamos, pan arriba pan abajo.

Destripamientos después del salto.

Pocas veces he visto óperas primas de este calibre. En mi opinión, Richard Kelly llegó, vio, y besó el puto santo con esta película, filmando un producto redondo con interpretaciones magistrales tan sólo superadas por la lucidez del guión, el montaje y la sabia elección de la banda sonora. Pero vayamos por partes.

Jake Gyllenhaal se mete en la piel de un esquizofrénico paranoide, un adolescente atormentado por las inquietudes típicas de la juventud pero enfocándolas desde una perspectiva racional. Interpreta a un chico extremadamente inteligente y confundido, con una capacidad apabullante para analizar y observar la realidad con un sexto sentido que nadie más posee. Las escenas que comparte con el conejo Frank son oníricas: Gyllenhaal adopta una sonrisa socarrona que acojona y lo mezcla con esa mirada burlona y amenazante que, para más INRI, nunca parpadea. Colirio para este prodigio de muchacho, por favor. En cuanto al resto de interpretaciones, cabe destacar la de Mary McDonnell, la madre de Donnie, que consigue emocionar sólo con la mirada. La escena en la consulta de la psicóloga y la de la pregunta de su hijo: ‘¿Qué se siente al tener un hijo loco?’ son impagables. Destacable también la actuación de Beth Grant, la hija de puta estúpida de la película, personaje al que acabas deseando hundirle los ojos de tan plano que tiene el encefalograma. Supongo que el rictus facial de la mujer ayuda mucho. Jena Malone… correcta y adorable.

El guión también está escrito por Richard Kelly. Hay gente que acusa el guión de inocente y de tratar los temas de los viajes en el tiempo y la incertidumbre religiosa de manera demasiado superficial y efímera. Desde mi punto de vista, esta gente no debería olvidar que todo el conjunto se nos presenta desde la perspectiva de un adolescente, y como tal, sabe lo siente pero no como expresarlo; de aquí los personajes de la psicóloga y el joven profesor que le ayudan a comprenderse a sí mismo. Es más, no me imagino a un mozuelo diciéndole a su doctora: ‘Oh sí, yo es que soy agnóstico desde que me parió mi madre ¿sabe usted? No descarto la posibilidad que exista un ente superior pero que baje Diox y me haga una paja si existen pruebas para demostrarlo. ¿Por qué me mira así doctora Thurman?’. Por cierto, Donnie está bastante salido.

El montaje le trajo bastantes problemas a Kelly. Le salió un bicho de casi tres horas y la productora le hizo rebajar a 115 minutos. Pero el resultado quedó genial. El ritmo es bueno y hace uso de algunos recursos bastante arriesgados, como esos planos secuencia alternando cámara rápida y lenta o la introducción de algunos elementos CGI que no molestan en absoluto.

Respecto a la BSO, el abanico de temas elegidos es un homenaje a la época en la que la película está ambientada: la década de los 80, oh, sí nena. Destacar títulos como Head Over Heals de Tears for Fears o Mad World de Gary Jules, que a parte de ser auténticas joyas por sí mismas, hacen que las escenas en las que aparecen se transformen y acaben desprendiendo magia.

Creo que merece una atención especial el final de esta película, que la primera vez que la vi me dejó ojoplático como los conejos cuando le dan las largas. Expongo a continuación mi interpretación del asunto por si alguien quiere compartir alguna otra pista y ayudar a aclarar las ideas a aquellos que andan más perdidos que un hijo de puta el día de la madre. Destripe máximo.

Un avión sufre un accidente. Una de las turbinas se desprende y, por acto de Diox o puro azar, entra en un agujero de gusano y cae sobre la casa de Donnie… 28 días antes de que se produzca ese mismo accidente. De esta manera se nos presenta un universo tangente –realidad paralela, bucle temporal, etc.- que colapsará en menos de un mes. La película es este bucle paralelo, del que no sabemos si es la primera vez que se repite o la décimovigésimoséptima.

Frank, nuestro querido honeybunny, interpreto que es producto del subconsciente de Donnie, y fijo que la supuesta enfermedad que sufre ayuda al conjunto -aunque la medicación que está tomando es un placebo a base de píldoras de agua- mediante visiones, sueños y paranoias varias.

Gracias a los acontecimientos que derivan de los actos cometidos por Donnie, acaban muriendo Frank, Gretchen y la madre y la hermana de Donnie, que viajaban precisamente en el avión que pierde la turbina y cuyo accidente sucedió ya hace 28 días (de ahí que no encontraran ningún avión al principio, ¿cómo coño van a encontrar un avión accidentado si aún no ha habido accidente?).

De alguna manera, Donnie es ligeramente consciente de lo que está pasando, así que decide poner fin a todo y quedarse en su habitación cuando la turbina vuelve a caer para reiniciar el bucle temporal, evitando así la muerte de su novia y su familia, el encarcelamiento del predicador pedófilo, y el colapso que auguraban sus alucinaciones si esto volvía a suceder.

Con la muerte de Donnie el bucle de los cojones se rompe, el tiempo vuelve a su curso normal y todos los implicados se despiertan de un sueño hiperrealista, con una fuerte sensación de extravío y deja vú: la madre apenas llora la muerte de su hijo, Frank se toca el ojo, Gretchen saluda sin conocer… y tal.

7 comentarios:

  1. La tengo que ver de nuevo,la vi hará un par de años o mas y debió pillarme en un mal día porque no cumplió mis expectativas.La veré de nuevo,queda dicho!!

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  2. Haces bien en darle otra oportunidad, seguro que no te decepciona ;)

    -Mis padres no me regalaron lo que quería para Navidad...
    -¿Qué querías, Donnie?
    -Hipopótamos hambrientos...

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  3. Me encantó esta pelicula, al principio tarde en reaccionar, me costó un par de días hasta que fuí situando y entiendo los hechos (malditos fisicos y sus dimensiones paralelas).

    Muy original y rara, pero no se te queda la cara de tonto que se le pone a uno despues de algunas peliculas de David Lynch, esta al menos tiene una historia.

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  4. Me encantó esta película, no me decepionó para nada, la vi ya sabiendo que era película de culto y cumplió e incluso superó mis expectativas, me parece realmente fantástica.

    Ahora me están entrando ganas de verla jooo jejejeje.

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  5. Que peliculón!!! MY GOD!

    Saludooos!

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  6. Gran filme y el mejor trabajo de su actor que despues no termina de arrancar.

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  7. Hombre, tanto como no arrancar...
    En Brokeback Mountain y Zodiac hace unos papelazos increíbles. Incluso en Jarhead convence. Al menos a mí.

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