Al comienzo de la serie este reino imaginario se encuentra en medio de una guerra contra el país de Gath, sus vecinos. La guerra se cobrará la vida de gran parte de la juventud del reino, pero la acción de un joven soldado, David Sheperd, salvando al hijo del rey en el fragor de la batalla creará una imagen para la esperanza de un futuro mejor, en el que pueda reinar la paz.

La originalidad de la serie radica en su planteamiento, en ese reino creado, pero no en un aspecto visual o estético. En ella se entremezclan diversas partes de nuestro tiempo, un mundo que bien podría ser el mundo real, que en ocasiones nos devuelve al pasado de las guerras y al mismo tiempo nos plantea temas de candente actualidad, como la base de los gobiernos, sus propias conspiraciones y la importancia de su imagen por encima de una verdad que en ocasiones es inventada.


Lo interesante de la serie radica en las distintas interacciones entre sus personajes, como cada uno de ellos influye en otro, como algunos dan su vida por la verdad mientras otros no tienen remordimientos en construir un mundo a base de mentiras, como de la bondad sale la maldad y de la maldad crece la bondad. La trama tiene los elementos clásicos de toda corte que se precie, historias de amor y odio, la importancia de la política y la imagen por encima de la veracidad, historias de traición y lealtad, y, por encima de todo ello, la guerra y la paz.

Los dos elementos clave de la serie son el rey Silas y un joven inocente que no aspira más que a servir a sus semejantes. El papel del titánico rey lo toma con maestría Ian McShane, que le da a su personaje una credibilidad y carisma fruto de la fuerza con que el personaje se muestra en todas sus apariciones, donde siempre representa el elemento principal. Como personaje contrapuesto y opuesto está un joven inocente y con un corazón puro encarnado por Christopher Egan, que es un soldado que lucha junto a su hermano en el frente de batalla y se convierte de repente en un héroe para la nación entrando a formar parte en el complicado y oscuro entramado de la corte del reino de Gilboa.


El resto de la familia real son la reina Rose, interpretada por Susanna Thompson, Jack, el hijo heredero al trono, aunque despreciado por su propio padre, interpretado por Sebastian Stan y la princesa Michelle, en la piel de Allison Miller, quien mantiene una buena relación con su padre y no puede evitar enamorarse del joven héroe siendo el personaje que se encuentra en el centro de todos los intereses cuando ella lo único que desea es la paz del reino y la felicidad de aquellos a los que ama, una niña que se convierte en mujer con sentimientos a cada momento encontrados.