El cine en Oceanía (IV): Arte tras las cámaras

Mientras en el Hollywood de los setenta surgía una nueva generación de jóvenes directores como Coppola, Scorsese y Spielberg en las lejanas antípodas un realizador nacido en Sidney ejecutaba su particular reinvención del cine australiano dándolo a conocer por el mundo con una serie de películas que aún hoy siguen siendo de las más prestigiosas del cine de aquel continente. Posteriormente llegaría su entrada en E.E.U.U. donde dejaría para la posteridad títulos inolvidables mostrando su gran valía para la dirección y siendo nominado a 4 Oscar a mejor director. Hoy en el tercer episodio de mi viaje por el cine de Oceanía nos adentramos en la figura del cineasta Peter Weir.



Siendo joven deja la universidad sin llegar a graduarse para trabajar en el negocio paterno, posteriormente realizaría viajes por Europa. Una vez en casa comienza a trabajar en televisión en variadas labores, alli nacen sus primeros trabajos que son cortometrajes y documentales. Con sus primeros largometrajes Peter Weir muestra al mundo parajes y culturas inexploradas aún por el cine logrando impactar al mundo artístico de todo el globo, si a eso le sumamos lo original de sus exitosas propuestas y lo impactante y evocador de su estilo no sería de extrañar el posterior salto a Hollywood, donde ha seguido una trayectoria coherente, con bastantes aciertos, aumentando su prestigio y dejando a día de hoy algunas películas inmortales.





Concuerdo bastante con la idea de cine de Peter Weir. Una de las virtudes que más destaco en Peter Weir es su habilidad para saltar de unos géneros a otros ofreciendo en cada uno de ellos películas inolvidables y manteniendo siempre características reconocibles de su cine, como a mí me gusta, que cada autor tenga sello propio. La seriedad de todo lo que dirige y la capacidad que tiene para sacar actuaciones inolvidables de actores bastante dispares además del profundo sentido humano con los que dota a sus personajes y las bellas bandas sonoras que acompañan sus películas le otorgan un lugar alto entre mis directores preferidos.

Podemos distinguir dos etapas claramente diferenciadas en su filmografía: la primera abarca todo lo realizado en Australia y la segunda sus filmes en Hollywood. Me parece la división más natural por lo que voy a organizar su flmografía en esos dos grandes bloques.


Etapa australiana

Los coches que devoraron Paris(1974)


La tengo pendiente, es realmente difícil de encontrar por lo que no voy a poder decir demasiado. Se trata de una curiosa ópera prima en la que las gentes de una ciudad viven de los objetos que sustraen de accidentes que se dan en las cercanías, un nuevo habitante superviviente de un accidente llega a la localidad justo cuando algunos ya no quieren seguir viviendo así.

¿Con este argumento dan ganas de verla verdad? No creo que deje indiferente.




Picnic en Hanging Rock (1975)

Con esta original producción Weir obtiene mayor reconocimiento y se puede decir que empieza a ser más tenido en cuenta que antes. Es una película original y diferente, con un ritmo tenso y que puede cansar o provocar desasosiego en el espectador. Puedes llegar a sentirte algo mal mientras la ves, posee un magnetismo complejo y una poesía difícil de ver.Muy aplaudida por ciertos círculos y por el público que goza del misterio. La recomiendo, es una de las imprescindibles para comprender en su totalidad la obra de Peter Weir.




La última ola (1977)

Lúcido y comprometido film con el que Weir saca a relucir de nuevo sus inquietudes y su idea de cine. Actúa Richard Chamberlain, famoso por El pájaro espino. Es una película algo peculiar, que o bien te atrapa o te aburre nada más empezar, sin duda una joya a descubrir por aquellas personas a las que les gustan las obras de culto ,independientes y desconocidas. Me atrevo a afirmar que es la película más innovadora y rara de toda la carrera de Weir, en la que se toma todas las licencias artísticas que cree conveniente y más, no apta para el público acostumbrado al cine palomitero y sin mayores pretensiones que nos llueve de Hollywood.




El visitante (1979)

Otra de las que me falta por ver y posiblemente su película más desconocida. Se mueve entre la intriga y el terror basándose en la tensión que produce en una familia un fontanero que llega a su casa a arreglar unas tuberías. La esposa sospechará desde el principio pero nadie le hace caso.




Gallipoli (1981)

Es quizás la que más me gusta de su etapa australiana y la que me resulta imprescindible de ver. Esta película daría el empujón final a la carrera de Peter Weir (aunque haría otra más en Australia) y es su film más conocido obviando los de Hollywood, es además la primera colaboración que hace con Mel Gibson y la verdad que tanto él como el otro protagonista-Mark Lee- tienen bastante nivel en sus actuaciones. Otro nuevo género que toca el cineasta, demostrando que en diferentes tipos de película es capaz de hacerlo sobresalientemente. Merecen mención especial la preciosa fotografía, que abarca fotogénicos parajes de Australia y Egipto por ejemplo y la popular BSO del compositor local Brian May (no confundir con el componente de Queen). Pese a todo lo que marca las diferencias en la película sonel bonito retrato de la amistad y el impactante desenlace, una auténtica gozada que te deja con el corazón muy tocado. A modo de curiosidad la música que sale al empezar es Severed Garden de The Doors, y si no lo es estoy sordo porque a mí me suena igual.





El año que vivimos peligrosamente (1983)


La última película hasta la fecha realizada en su país de origen,y qué película señores,todo es fuerza y un abanico de emociones humanas para hacernos sentir. Magníficas actuaciones encabezando de nuevo el reparto Mel Gibson,aparecen también Sigourney Weaver y Linda Hunt que se hizo con el Oscar a la mejor actriz secundaria. Con el estilo clásico que tanto admiro y añoro a partes iguales y que este director se empeña en rescatar de la muerte seremos transportados a un paradisíaco infierno que nos atrapará para luego soltarnos dejándonos con magnífico sabor de boca. Maurice Jarre compone la BSO, otro de los grandes que participa con Weir.




Etapa estadounidense

Único testigo (1985)

Se produce por fin a mediados de los 80 el esperado salto del realizador australiano a la meca del cine. Para su estreno un reparto encabezado por el popular Harrison Ford y un argumento interesante con el que Weir forma un cocktail muy bueno con el que obtiene 8 nominaciones a los Oscar. La intriga policíaca cumple, como film comercial también convence y el debate que invita a realizar dado el marco donde se desarrolla todo demuestran la valentía del director a la hora de aceptar retos e intentar evocar pensamientos en su público, lo cual no siempre se consigue cuando buscas llegar a un público amplio y además gustar a los que buscan algo más. Esta película ha envejecido bien y es conocida por gente de toda condición quizás por las veces que todos la hemos visto en televisión, a mí pese a haberla visto muchas veces me sigue agradando.




La costa de los mosquitos (1986)

La segunda producción de Weir en E.E.U.U. no logra convencer tanto.Cuenta de nuevo con Harrison Ford y además aparecen Helen Mirren y el malogrado River Phoenix, el guión lo firma el mítico Paul Schrader. Otra vez nos situa en una posición psicológica y moral arriesgada y digna de reflexión pero esta vez no sale demasiado bien de crítica y público, es probable que la dificultad para empatizar con el personaje principal tenga algo de culpa. A mí debo decir que me gusta, me estimula y me hace sentir incómodo, la dirección tan valiente de Weir me fascina... pero en fin, para gustos colores.




El club de los poetas muertos (1989)

Que voy a decir de una de mis películas favoritas que no se haya dicho ya. Weir sigue adelante con su sello propio y en esta ocasión lanza una crítica directa al sistema y al ser humano, por castigarse a sí mismo reprimiendo sus sentimientos y vocaciones. Dicen que todos los profesores deberían verla y yo opino lo mismo, aunque yo más bien digo que todo el mundo ha de verla porque mucho se mueve por el interior de uno mismo a lo largo del film y esa amigos es una de las finalidades del cine. Brillante en todos los sentidos pese a que lo que se cuenta no es algo fuera de lo normal ni con un enfoque especial. Pienso que lo que hace que perdure es su alma, su sincero mensaje,la invitación a pensar y sentir, la actuación de los chicos (entre los que están unos jóvenes Ethan Hawke y Robert Sean Leonard) y por encima del resto Robin Williams dando vida al profesor Keating, personaje con el que se le vinculará de por vida, y es que el carismático actor parece nacido para interpretarlo.




Matrimonio de conveniencia (1990)

Ganadora del Globo de oro a la mejor comedia o musical y nominada al Oscar a mejor guión original (en esta ocasión Weir en labores de guionista además de director) hay que decir para empezar que es de las menos conocidas del director y podríamos considerarla "película menor". No obstante tiene su gracia y la pareja protagonista cumple su cometido, tanto Andie Macdowell como el debutante en Hollywood Gerard Depardieu dan forma a este divertido enredo que tampoco es que tuviera mayores pretensiones, apta para todos los públicos y quizás de las menos intelectuales y trabajadas del director.



Sin miedo a la vida (1993)

Otra película menor del genio australiano y en esta ocasión podríamos hablar de película fallida también. Desde luego no deja indiferente, puede resultar lenta y tediosa o bien maravillar por lo cuidado del aspecto visual y lo estimulante del debate que nos abre la película. El reparto es de alto nivel y destaca Jeff Bridges. Noto cierto bajón en las películas de la primera parte de los 90 aunque a un director con tanto talento se le pueden permitir malas rachas teniendo en cuenta las numerosas joyas que ya nos ha dejado en su carrera.




El show de Truman (1998)

Una de sus mejores obras, una película adelantada a su tiempo y con un inteligente mensaje que cualquier persona con el cerebro encendido sabrá captar. Peter Weir demostrando su capacidad para dirigir actores saca del particular Jim Carrey una de sus actuaciones más recordadas. El guión corre a cargo de Andrew Niccol, gran profesional del séptimo arte también,y de esta alianza algo bueno tenía que salir. Aunque todos la habreis visto no puedo decir nada del argumento porque directamente os la estropeo. Yo destaco aparte del argumento y las actuaciones los acertados decorados y la psicología que incluye. Es realmente disfrutable, de obligado visionado, de lo más relevante que surgió en el Hollywood de los 90, una película única y bastante original.




Master and commander (2003)

En una época donde predominan las superproducciones familiares y el cine hollywoodiense de digestión fácil el genio Weir nos regala este peliculón serio y adulto, opuesto a lo que realiza la maquinaria estadounidense con el riesgo que ello conlleva,una vez más quedan demostradas la coherencia e inquietudes de este realizador, incapaz de dejarse domar. Dirigida con mano firme y mimando cada secuencia el ya consolidado director australiano nos lleva de viaje a alta mar para vivir con asombroso realismo una intensa aventura naval a princiopios del siglo XIX, momentos de tensión entre Inglaterra y Francia...

Todo es disfrutable en sus 139 minutos de metraje, desde el duelo interpretativo de Paul Bettany y Russell Crowe hasta la BSO pasando por el argumento, la fotografía, el vestuario, el sentido de cine épico tan clásico y dotado de humanidad con que nos deleita el cineasta y todos los aspectos que quieras analizar. Algunos la tachan de aburrida, no estoy de acuerdo, más bien no da un respiro, lo que no puedes es esperar que sea una muestra más de olvidable cine palomitero cuando ni en la forma ni el fondo pretende serlo.




9 Responses
  1. Anónimo Says:

    Me quito el sombrero por estos megaposts dedicados al cine en Oceania.Sigue ilustrandonos, amigo...


  2. Anónimo Says:
    Este comentario ha sido eliminado por el autor.

  3. Anónimo Says:
    Este comentario ha sido eliminado por el autor.

  4. Álvaro Says:

    por qué hay dos suprimidos?? has enviado 3 sin querer no?jajajajja


  5. Anónimo Says:

    Vayamos por partes, que diría Jack el Destripador.
    EL cine de Weir no es facil, y no lo es porque tiene un ritmo peculiar en el que navegas por la película.Ese tipo de ritmo no es asequible a un público acostumbrado a ir a la carrera desde que se sienta en la butaca.Por otro lado, la psicología que imprime a sus personajes a través de las cámaras es compleja:cuando Weir coge la cámara y te regala su espléndida fotografía te sumerge en un mundo más allá de lo aparente, un mundo que a muchos se les antoja demasiado intrincado y trabajoso;es el mundo interior de los personajes que siempre muestra a través de su interactuación o no con lo que les rodea.En definitiva, un genio de la narración visual.
    Excelente post, excelente ciclo y un gran trabajo,Alvaro.
    Me uno a ti en la defensa de Master an Commander: de aburrida,nada.


  6. Carles Ramos Says:

    Como te lo curras Alvaro!

    de este hombre solo he visto mi querida El club... y Master and Comander.

    Aver si me abro mas con este director.

    Muy grande el ciclo que has echo si señor!


  7. a esto lo llamo yo hacer un post extenso y bien documentado...
    un beso alvaro


  8. Tawaki Says:

    He visto todas sus películas americanas, salvo dos y me gustaron mucho. Alquilaré las que recomiendas y que no conozco.

    Muy interesante este blog. Se ve que hay mucho trabajo detrás de cada entrada.

    Un abrazo.


  9. Cristian Says:

    Disfruto mucho del cine de diversos orígenes y por eso cada vez que viajo me gusta tener la chance de ver películas del lugar. Constantemente trato de obtener Ofertas LAN para llegar a nuevos lugares y conocer su industria del cine