Sé que llego tarde para escribir sobre esta película, pero hasta ahora no había tenido el inmenso placer y la tristeza de disfrutarla. La encontré el otro día haciendo zapping y quedé inmersa en su magia y su luz. Me ví tan afectada por el poder de sus imagenes que no pude remediar ir al día siguiente a por la novela y devorarla en menos de dos días, masticando sus palabras y oliendo su perfume quede irremediablemente enamorada y aterrada por esta fantástica historia.

Ya las primeras palabras de la novela nos preparan para lo que nos espera, relatando el fin en el principio, el turno de la última hermana en morir, su forma de hacerlo, la manera en que lo hicieron sus hermanas, lo poco sorprendente del asunto, lo que a ojos del lector, novato en la historia resulta muy sorprendente. ¿Como la muerte de una chica puede llegar a ser algo que todos esperan como quien espera intrascendentemente que llegue una hora del día?, pero la novela avanza, nos cuenta y nos hace partícipes de sus venturas y desventuras, del amor y del dolor, de la libertad y la prisión y en el último momento nos encontramos a nosotros mismos, lectores de la historia, esperando el hecho fatídico, sintiéndolo pero no sorprendiéndonos ante el mismo, como uno de aquellos vecinos que habían sido espectadores como nosotros.

Ambas obras, novela y película son magníficas y muy iguales. La novela resulta más oscura y angustiosa que su versión para pantalla, pero ambas son magníficas obras sobre la melancolía, el amor, la obsesión, lo intangible y lo que nunca volverá de la adolescencía.