No Pienses en un Elefante, o cómo sacar a Bush de su trono de un capón

El autor de este libro, George Lakoff, es actualmente profesor de Lingüística en la Universidad de California, en Berkeley. Entre otros logros, fue uno de los impulsores de la Semántica Generativa en los 60', en los 70' fue uno de los fundadores de la Lingüística Cognoscitiva e investigó, junto con otros profesionales, la Teoría Neural del Lenguaje en los 80'.

Como lingüista cognitivo, Lakoff estudia la naturaleza de los sistemas conceptuales humanos en diversos ámbitos como el tiempo, causalidad, emociones, moral, política, etc. Es en este último aspecto de la sociedad en que se basa el libro que nos ocupa.


Si tuviéramos que definir la sinopsis del libro podríamos decir que el autor analiza las técnicas comunicativas del sector político conservador norteamericano, para descifrar cómo, con unas propuestas electorales que a simple vista no inspiran confianza, lograron convencer a gran parte de la población. Del mismo modo, expone también las razones que hacen que el sector progresista se encuentre siempre arrinconado ante la aparente superioridad de su contrincante.

Sería muy fácil, leyendo esa posible sinopsis, pensar que el contenido del libro se pierde en teorías políticas difíciles de entender, que como mínimo hay que estar licenciado en ciencias políticas para llegar a comprender algo de lo que se explica en sus páginas. Bueno, nada más lejos de la realidad. Si en algo se caracteriza la narrativa de Lakoff es, precisamente, en su lenguaje cercano. No se limita a escupir terminología para confundir al lector, sino que además de usar las palabras correctas se apoya en sus enunciados con ejemplos que resultan accesibles a cualquier persona que pueda sentirse interesada por el tema, independientemente de los estudios que pueda tener. Es casi seguro que esto no se trate de una simple casualidad o de oportuno saber hacer. Lakoff pone de manifiesto con esa narración la validez de sus argumentos y la previa investigación que ha desarrollado en sus estudios.

De todas formas, no todo es perfecto en este libro. Queda patente que su lectura se digiere fácilmente pero en ocasiones algunos pasajes podrían llegar a tacharse de demagogos y/o maniqueos; como por ejemplo en lo que corresponde a los patrones que Lakoff bautiza como 'la política del padre estricto' y 'la política del padre protector' como respuesta al primero. Es muy válida la forma de abordar el tema, y el conjunto no resulta demasiado pretencioso, pero el lingüista peca a veces de regar sus conclusiones con un tono demasiado idealista y simbólico. Cuesta creer que poniendo en práctica algo que parece, insisto, parece tan sencillo, se vaya a 'cambiar el mundo' en general y un país tan complejo como Estados Unidos en particular.

Desde el principio, sin medias tintas ni esconderse lo más mínimo, Lakoff se declara progresista. Esto podría interpretarse como algo negativo a priori, ya que podríamos pensar que lo que se nos va a explicar no va a resultar objetivo de ninguna manera, pero a medida que se avanza en la lectura se observa lo contrario: Lakoff condena la evidente incompetencia del sector progresista al mismo tiempo que alaba las estrategias del conservador, pero (y esto es lo curioso) lo hace mediante la metodología del 'padre protector' que él mismo postula, lo que no deja de ser paradójico.

Lo mejor: su fácil lectura y su dinámica narración. Además, es una gran ayuda para descubrir y entender la increíble mediatización que experimenta la política estadounidense. La teoría que plantea no sólo es válida para aplicarse en la política, sino también cualquier otro aspecto de la realidad que requiera del público de masas para llegar al éxito, como la publicidad.

Lo peor: precisamente la forma de expresar su teoría. Quizá se deba a que no vivo en Estados Unidos, pero la 'política del padre protector' pinta quizá demasiado bonita para ser verdad.

El libro se titula 'No pienses en un elefante. Lenguaje y debate político'; es de la Editorial Complutense S.A. y cuesta 10€. ¿Qué son 10€? Un par de cubatas, o uno, depende del lugar. Estiráos un poco.

4 Responses
  1. Mamba Says:

    me has convencido! me beberé un cubata menos mañana!


  2. Álvaro Says:

    eyy que guay tio,tiene que estar super biennnn


  3. Gabilondi Says:

    Lo está, a mí se me ponen los pelos de punta algunas veces al ver los análisis que hace el tío de los discursos electorales del Bush y ver hasta qué punto manipulan la forma de pensar de la gente tansólo eligiendo las palabras adecuadas...


  4. Gabilondi Says:

    Por cierto, el tal Lakoff está en el equipo que elabora los discursos electorales de nuestro querido presidente del gobierno xD